Soy Xabi Otxoa, euskaldun de 32 años nacido en Aretxabaleta. Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos y máster ejecutivo en administración y dirección de empresas. Con estas dos formaciones he desarrollado la capacidad de tener una visión amplia y estratégica para afrontar los retos del futuro. Tanto en el pueblo en el que nací, en Aretxabaleta, como en el que vivo ahora, en Usurbil, en ambos he mantenido mi compromiso político y he sido y soy concejal.
Afronto mi candidatura con ilusión. Creo que el PNV ha acertado al crear el grupo de trabajo para afrontar los nuevos ciclos políticos, ha elegido buenos candidatos y marcado la estrategia para afrontar los retos que necesita Euskadi
Me describiría como un joven inconformista, siempre tengo el afán de mejorar, tanto en el ámbito político como en el personal. Cuidar nuestra tierra y nuestro medio ambiente, crear nuestra propia energía para que sus industrias y desarrollos tecnológicos sean más competitivos, mantener infraestructuras seguras y eficientes y crear nuevas. En definitiva, si a la competitividad y riqueza del territorio, pero desde el deseo de mejorar y dar pasos significativos en la protección del medio ambiente.
Mi aitona me trasmitió la pasión por la política, pero fue la época de Ibarretxe la que me despertó el interés y el entusiasmo. Por eso tengo a Ibarretxe, junto al lehendakari José Antonio Agirre, como referentes políticos.
En casa siempre me han enseñado a tener una actitud constructiva, abierta, realista y optimista. En mi trayectoria personal y política he actuado así en todos los ámbitos, porque sólo así entiendo la política.
El Partido Nacionalista Vasco lo formamos las personas y como personas, necesariamente, hemos cometido también errores, pero también hemos dejado claro, con toda humildad, que tenemos la capacidad de asumir, analizar y mejorar con responsabilidad lo que hemos hecho.
Mi sonrisa aflora cuando veo cómo los niños pequeños y perros se entienden jugando y sin decir nada.
No es solo lo que vamos a hacer, sino cómo. Apartar la sociedad del populismo y conducirla al realismo supone un trabajo cada vez más intenso.