Mikel Juaristi

Es para mí un reto personal la oferta de EAJ-PNV para optar a estar en el Parlamento Vasco. Lo asumo con ilusión, fuerza y ganas de dar lo mejor de mí. En este sentido, y teniendo en cuenta que he dedicado gran parte de mi vida profesional a la educación y que, por tanto, conozco bien el sistema vasco desde dentro -sobre todo la pública- y que también tengo experiencia en la gestión de una escuela durante los últimos seis años, es en educación donde podría hacer mi aportación más destacable a nuestro Grupo. Opino que el derecho a la educación es universal, y que hay que respetar la elección de escolarización de amas y aitas. El Servicio Público Vasco de Educación es un concepto muy innovador y positivo, y uno de los grandes retos de los próximos años, y de gran magnitud, es el aterrizaje de la Ley que lo regule a través de resoluciones y normas.

No es, sin embargo, el único reto que deberemos de abordar. Como destaca nuestro candidato a lehendakari, Imanol Pradales, tenemos que ofrecer un nuevo modelo de bienestar, ya que no sólo se va transformando el modelo, sino también el propio concepto de bienestar. Hoy en día, en Euskadi tenemos un nivel de bienestar muy alto y tenemos que lograr que la gente sea consciente de ello. A partir de ahí, tenemos que desarrollar una política de bienestar más cercana a la ciudadanía, y que la entienda y la valore.

He trabajado como voluntario en diferentes ámbitos y me he implicado en hacer pueblo; entiendo el servicio público desde el afán de mejorar el país y de acabar con las injusticias. Siempre he tenido bastante desarrollado el ámbito social y he participado en muchas acciones impulsado por el deseo de mejorar la situación. En casa siempre me han enseñado que quien quiera cambiar algo tiene que hacer algo, y me han dado ejemplo: en la creación de la Ikastola de Azkoitia, en el grupo de montaña, en la organización de la tamborrada, en Cáritas o en el Batzoki. El sentimiento abertzale también lo recibí en casa desde pequeño, tanto aita y ama como mis cuatro amamas y attites han sido abertzales; pero, si tengo que destacar a alguien, amama Begoña ha sido la que me transmitió los valores de ser abertzale y buena persona.

Mi mayor afición es viajar, porque siempre me sorprende algo y sus vivencias quedan para siempre, pero también me gusta conocer y disfrutar de los rincones de Euskal Herria. Entre tantos y tantos lugares, elegiría Lekeitio y la playa de Karraspio, en Mendexa, ya que son lugares idóneos para conocer los modos de vida y costumbres de la gente de costa, y para desconectar del día a día, y por supuesto, su euskera y el de las distintas comarcas de Euskadi, inmensos tesoros centenarios. Además de eso, también me gusta juntarme con amigos de varias generaciones en la cocina del Batzoki y compartir vivencias, aunque me gustan aún más las conversaciones y juegos que mantenemos con nuestra hija de cuatro años.